Concédeme un Corazón…
Santísima Virgen María, Madre de Dios
Consérvame un Corazón de Niño,
Puro y limpio como agua de manantial.
Concédeme un corazón sencillo
Que no se repliegue sobre su propia tristeza,
Un corazón grande en la entrega,
un corazón tierno, fiel y generoso,
que no olvide el bien y no guarde nunca rencor.
Concédeme un corazón dulce y humilde
que ame sin exigir ser amado,
Feliz de desaparecer en otros corazones,
Sacrificándose delante de tu Hijo divino.
Un corazón grande e indómito que
Ninguna ingratitud pueda cansar o cerrar.
AMÉN.
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